miércoles, 4 de enero de 2012

Neopsephotus bourkii


Desde hace algunos años criamos periquitos de Bourke, una especie única en su género. Los bourki son relativamente difíciles de reproducir. No soportan fácilmente los cambios de temperatura y el exceso de humedad puede ser fatal. Bien alimentados son alegres, juguetones y amigables. Tienen la ventaja de no ser muy ruidosos ni destructores, a diferencia de la mayoría de psitácidos. Mi experiencia en la reproducción ha sido medianamente buena. Los bourki tienden a tener nidadas estériles, y las madres, que son las únicas encargadas de la incubación, son muy nerviosas durante los primeros días de la misma. Pero una vez pasados los primeros días de incubación, y claro, admitido que la postura sea fértil, las cosas resultan más sencillas. El mejor nido es una caja de madera de 20x20x30 cm, con peldaños de madera pegados al interior para facilitar la entrada y salida.

 

Los ejemplares en coloración ancestral son grises con el vientre rosa. Este plumaje funciona como camuflaje y como filtro solar natural. En cautiverio se han obtenido muy interesantes coloraciones. En mi experiencia los ejemplares rosa tienen mejor adaptabilidad a la vida que los ancestrales.


Los bourki son aves que pasan mucho tiempo en el suelo buscando semillas y germinados, como las tórtolas. Por ello en cautiverio la limpieza del fondo de la jaula es indispensable. La mejor dieta para el bourki consiste en una mezcla de alpiste, mijo, avena y ocasionalmente níger. A esto hay que añadir frutas y verduras como manzana, pepino, zanahorias muy tiernas, apio y vaina de nabo, además de pan multigrano y pasta de cría con huevo cocido.


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