lunes, 13 de agosto de 2012

Mormodes maculata

Mormodes maculata es una orquídea epífita mexicana endémica de los Estados de Jalisco, Hidalgo, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Veracruz. Consta de pseudo bulbos toscos, grandes, gruesos y alargados. Estas orquídeas desarrollan raíces fuertes y carnosas que se hunden en sustratos suaves como la madera podrida. Cada pseudo bulbo nuevo desarrolla a sus pies una firme vara con más de veinte flores, que pueden ser amarillas (var. unicolor) o amarillas moteadas. Todas las flores se abren simultáneamente, desprendiendo una aroma intenso, más bien desagradable. Estas orquídeas han establecido a lo largo de su evolución una relación particular con los euglosinos, abejas machos de la tribu euglossini. Las abejas de esta tribu se caracterizan especialmente, como lo indica su nombre, por tener una lengua muy larga, a veces más larga que el cuerpo mismo de la abeja. Pero dicha lengua no tiene ninguna utilidad en su relación con las orquídeas, pues no obtienen ningún néctar de sus flores. Los euglosinos, conocidos también como abejas de las orquídeas, en realidad buscan este tipo de flores para preparar perfumes que les servirán en el cortejo nupcial. Hay que notar que sólo los machos buscan fascinados estas flores. Las hembras no pierden su tiempo en esas cosas. Ellas prefieren sólo las flores que proporcionan néctar y polen. 



Los euglosinos estimulan las flores con el cepillo que se forma con los pelos de sus patas delanteras, recogen la fragancia y la guardan en los saquitos que para ello tienen en sus patas traseras. Curiosamente, a pesar de que los euglosinos usan varios aceites aromáticos provenientes de distintas flores—según la disponibilidad temporal y espacial—, de madera en descomposición y a veces hasta de heces de otros animales, la mezcla que se forma siempre tiende a distinguirse entre las diversas especies. El macho libera esta mezcla de químicos para atraer y estimular a sus hembras antes de aparearse con ellas. 



Las abejas de la tribu euglossini son generalmente solitarias. Aun cuando llegan a formar colonias, cada hembra permanece sola, construye su nido y deposita sus huevecillos en sus propias celdas. Todas las especies de este género lucen vistosos colores metálicos.



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